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Dudes poesias de ama e un canta desperante

Dudes poesias de ama e un canta desperante (Veinte poemas de amor y una canción desesperada)
es un libro de poesias scriveda par Pablo Neruda, publicida en 1924
Traduida par Andrew Burns

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I: Corpo de fem

Corpo de fem, colinas blanca, coxas blanca,
tu sembla la mundo en tua disposa de sede.
Mea corpo de peon cultival savaje tuneli tu
e fa ce la fio salta de la fondo de la tera.

Me ia es solitar como un tunel. La avias ia fuji de me,
e la note ia entra a me con sua invade potiosa.
Per survive me, me ia forja tu como un arma,
como un flexa en mea arco, como un petra en mea fonda.

Ma la ora de venja cade, e me ama tu.
Corpo de pel, de mos, de lete desirosa e firma.
U la copas de la peto! U la oios de asentia!
U la rosas de la pubica! U tua vose lenta e triste!

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Corpo de mea fem, me va persiste en tua grasia.
mea sidia, mea anela sin limita, mea via nondesideda,
Canales oscur do la sidia eterna continua,
e la fatiga continua, e la dole nonfininte.

Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos,
te pareces al mundo en tu actitud de entrega.
Mi cuerpo de labriego salvaje te socava
y hace saltar el hijo del fondo de la tierra.

Fui solo como un túnel. De mí huían los pájaros
y en mí la noche entraba su invasión poderosa.
Para sobrevivirme te forjé como un arma,
como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda.

Pero cae la hora de la venganza, y te amo.
Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme.
Ah los vasos del pecho! Ah los ojos de ausencia!
Ah las rosas del pubis! Ah tu voz lenta y triste!

Cuerpo de mujer mía, persistirá en tu gracia.
Mi sed, mi ansia sin limite, mi camino indeciso!
Oscuros cauces donde la sed eterna sigue,
y la fatiga sigue, y el dolor infinito.

II: En sua flama mortal

En sua flama mortal la lus envolve tu.
Encantada, pal, dolente, tal situada
contra la elicas vea de la lus final
cual jira sirca tu.

Muda, mea ami,
solitar en la solitaria de esta ora de mori
e plen de la vives de la foco,
pur eritor de la dia destruida.

De la sol, un grupo de frutas cade en tua roba oscur.
De la note, la radises grande
crese subita de tua alma,
e a la esterna reveni la cosas ascondeda en tu,
tal ce un popla pal e blu
de tu nova naseda, nuri se.

O sclavo grandiosa e fertil e magnetal
sirculo cual alterna de negra a oro:
stante, tu atenta e reali un crea tan vivosa
ce sua flores mori, e lo es plen de tristia.

En su llama mortal la luz te envuelve.
Absorta, pálida doliente, así situada
contra las viejas hélices del crepúsculo
que en torno a ti da vueltas.

Muda, mi amiga,
sola en lo solitario de esta hora de muertes
y llena de las vidas del fuego,
pura heredera del día destruido.

Del sol cae un racimo en tu vestido oscuro.
De la noche las grandes raíces
crecen de súbito desde tu alma,
y a lo exterior regresan las cosas en ti ocultas,
de modo que un pueblo pálido y azul
de ti recién nacido se alimenta.

Oh grandiosa y fecunda y magnética esclava
círculo que en negro y dorado sucede:
erguida, trata y logra una creación tan viva
que sucumben sus flores, y llena es de tristeza.

III: A, vastia de pinos

A, vastia de pinos, murmura de ondas rompente,
jua lenta de luses, campana solitar,
lus final cadente en tua oios, pupa,
caracol de tera, en tu la tera canta!

En tu la rios canta e mea alma fuji en los
como tu desira e a do tu vole.
Marca mea via en tua arco de espera
e me va relasa en delira mea manada de flexas.

Sirca me, me vide tua taie de nebla
e tua silentia xasa mea oras persegueda,
e en tua brasos de petra transparente
do mea besas cade la ancor e mea anela umida nidi.

A, tua vose misteriosa cual amor tinje e sona
en la sera resonante e morinte!
Tal en oras profonda supra la campos me ia vide
la spigas resona en la boca de la venta.

Ah vastedad de pinos, rumor de olas quebrándose,
lento juego de luces, campana solitaria,
crepúsculo cayendo en tus ojos, muñeca,
caracola terrestre, en ti la tierra canta!

En ti los ríos cantan y mi alma en ellos huye
como tú lo desees y hacia donde tú quieras.
Márcame mi camino en tu arco de esperanza
y soltaré en delirio mi bandada de flechas.

En torno a mí estoy viendo tu cintura de niebla
y tu silencio acosa mis horas perseguidas,
y eres tú con tus brazos de piedra transparente
donde mis besos anclan y mi húmeda ansia anida.

Ah tu voz misteriosa que el amor tiñe y dobla
en el atardecer resonante y muriendo!
Así en horas profundas sobre los campos he visto
doblarse las espigas en la boca del viento.

IV: La matina es plen

La matina es plen de tempesta
en la cor de estate.

Como teletas blanca de adio, la nubes viaja,
la venta secute los con sua manos viajante.

La cor nonumerable de la venta
palpita supra nosa silentia enamada.

Zumbinte entre la arbores, orcestral e divin,
como un lingua plen de geras e cantos.

Venta ci fura rapida la folias cadeda
e devia la flexas palpitante de la avias.

Venta ci cade lo en onda sin spuma
e materia sin pesa, e focos inclinada.

Sua volum de besas rompe e sumerji
combateda en la porte de la venta de estate.

Es la mañana llena de tempestad
en el corazón del verano.

Como pañuelos blancos de adiós viajan las nubes,
el viento las sacude con sus viajeras manos.

Innumerable corazón del viento
latiendo sobre nuestro silencio enamorado.

Zumbando entre los árboles, orquestal y divino,
como una lengua llena de guerras y de cantos.

Viento que lleva en rápido robo la hojarasca
y desvía las flechas latientes de los pájaros.

Viento que la derriba en ola sin espuma
y sustancia sin peso, y fuegos inclinado.

Se rompe y se sumerge su volumen de besos
combatido en la puerta del viento del verano.

V: Afin tu oia me

Afin tu oia me,
mea parolas
magri a veses
como la impresas de gavotas en la plaias.

Colareta, campaneta enebriada
per tua manos suave como uvas.

E me regarda distante mea parolas.
Plu ca la mea, los es la tuas.
Los trepa sur mea dole vea como ederas.

Los trepa en esta modo sur la mures umida.
Tu es la culpable per esta jua sanguosa.

Los fuji de mea refujeria oscur.
Tu pleni tota, tu pleni tota.

Ante tu, los ia popla la solitaria cual tu ocupa,
e los es plu abituada ca tu a mea tristia.

Aora me vole ce los dise lo cual me vole dise a tu
afin tu oia los como me vole ce tu oia me.

Frecuente la venta de angusa porta los a via ancora.
A veses siclones de sonias cade los ancora.

Tu oia otra voses en mea vose dolosa.
Plora de bocas vea, sangue de suplicas vea.

Ama me, camerada. No abandona me. Segue me.
Segue me, camerada, en acel onda de angusa.

Ma tua ama tinje mea parolas.
Tu ocupa tota, tu ocupa tota.

De tota los, me fabrica un colareta infinita
per tua manos blanca, suave como uvas.

Para que tú me oigas
mis palabras
se adelgazan a veces
como las huellas de las gaviotas en las playas.

Collar, cascabel ebrio
para tus manos suaves como las uvas.

Y las miro lejanas mis palabras.
Más que mías son tuyas.
Van trepando en mi viejo dolor como las yedras.

Ellas trepan así por las paredes húmedas.
Eres tú la culpable de este juego sangriento.

Ellas están huyendo de mi guarida oscura.
Todo lo llenas tú, todo lo llenas.

Antes que tú poblaron la soledad que ocupas,
y están acostumbradas más que tú a mi tristeza.

Ahora quiero que digan lo que quiero decirte
para que tú las oigas como quiero que me oigas.

El viento de la angustia aún las suele arrastrar.
Huracanes de sueños aún a veces las tumban

Escuchas otras voces en mi voz dolorida.
Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas.

Ámame, compañera. No me abandones. Sígueme.
Sígueme, compañera, en esa ola de angustia.

Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras.
Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas.

Voy haciendo de todas un collar infinito
para tus blancas manos, suaves como las uvas.

VI: Me recorda tu como tu ia es

Me recorda tu como tu ia es en la autono pasada.
Tu ia es la bereta gris e la cor calma.
En tua oios, la flamas de la lus final ia batalia.
E la folias ia cade sur la acua de tua alma.

Fisada a mea brasos como un planta trepante,
la folias ia colie tua vose lenta e calma.
Focon de stona en cual mea sidia ia arde.
Dulse jasinto blu, torseda supra mea alma.

Me senti tua oios viaja e la autono es distante:
bereta gris, vose de avia e cor de casa
a do mea anelas profonda ia migra
e mea besas felis ia cade como brasas.

Sielo de un barcon. Campo de la colinas.
Tua recorda es de lus, de fuma, de stange calma!
Ultra tua oios, la lus final ia arde.
Folias seca de autono ia jira en tua alma.

Te recuerdo como eras en el último otoño.
Eras la boina gris y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo
Y las hojas caían en el agua de tu alma.

Apegada a mis brazos como una enredadera.
las hojas recogían tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor en que mi sed ardía.
Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma.

Siento viajar tus ojos y es distante el otoño:
boina gris, voz de pájaro y corazón de casa
hacia donde emigraban mis profundos anhelos
y caían mis besos alegres como brasas.

Cielo desde un navío. Campo desde los cerros.
Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma!
Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.
Hojas secas de otoño giraban en tu alma.

VII: Apoiada en las seras

Apoiada en la seras, me lansa mea redes triste
a tua oios maral.

Ala mea solitaria estende se e arde en la pira la plu alta,
cual brandi sua brasos como un naufragada.

Me fa sinias roja supra tua oios asente
cual onda como la mar a la costa de un faro.

Tu conserva sola oscuria, mea fem distante,
de tua regarda emerji a veses la costa asustante.

Apoiada en la seras, me lansa mea redes triste
a acel mar cual secute tua oios maral.

La avias noturna pica la stelas prima
cual sintili como mea alma cuando me ama tu.

La note galopa sur sua cavalo fema sombre,
sperdente spigas azul sur la campo.

Inclinado en las tardes tiro mis tristes redes
a tus ojos oceánicos.

Allí se estira y arde en la más alta hoguera
mi soledad que da vueltas los brazos como un náufrago.

Hago rojas señales sobre tus ojos ausentes
que olean como el mar a la orilla de un faro.

Solo guardas tinieblas, hembra distante y mía,
de tu mirada emerge a veces la costa del espanto.

Inclinado en las tardes echo mis tristes redes
a ese mar que sacude tus ojos oceánicos.

Los pájaros nocturnos picotean las primeras estrellas
que centellean como mi alma cuando te amo.
Galopa la noche en su yegua sombría
desparramando espigas azules sobre el campo.

VIII: Abea blanca

Abea blanca, tu zumbi, enebriada con miel en mea alma,
e tu torse se en spirales lenta de fuma.

Me es la desperada, la parola sin ecos,
el ci ia perde tota, e el ci ia ave tota.

Cordon ultima, mea anela ultima cruji en tu.
En mea tera desertada, tu es la rosa ultima.

A, silente!

Clui tua oios profonda. Ala la note bateta.
A, nudi tua corpo de sculta temosa.

Tu ave oios profonda do la note ondeta.
Brasos fresca de flor e vasto de rosa.

Tua senos pare como caracoles blanca.
Un papilio de ombra ia veni per dormi en tua ventre.

A, silente!

Asi es la solitaria de do tu es asente.
Lo pluve. La venta de mar xasa gavotas vagante.

La acua pasea sin sapatos tra la stradas moiada.
La folias de acel arbor cexa, como maladas.

Abea blanca, asente, ancora tu zumbi en mea alma.
Tu revive en la tempo, magra e silente.

A, silente!

Abeja blanca zumbas –ebria de miel en mi alma
y te tuerces en lentas espirales de humo.

Soy el desesperado, la palabra sin ecos,
el que lo perdió todo, y el que todo lo tuvo.

Última amarra, cruje en ti mi ansiedad última.
En mi tierra desierta eres tú la última rosa.

Ah silenciosa!

Cierra tus ojos profundos. Allí aletea la noche.
Ah desnuda tu cuerpo de estatua temerosa.

Tienes ojos profundos donde la noche alea.
Frescos brazos de flor y regazo de rosa.

Se parecen tus senos a los caracoles blancos.
Ha venido a dormirse en tu vientre una mariposa de sombra.

Ah silenciosa!

He aquí la soledad de donde estás ausente.
Llueve. El viento del mar caza errantes gaviotas.

El agua anda descalza por las calles mojadas.
De aquel árbol se quejan, como enfermos, las hojas.

Abeja blanca, ausente, aún zumbas en mi alma.
Revives en el tiempo, delgada y silenciosa.

Ah silenciosa!

IX: Enebriada par terebentin

Enebriada par terebentin e besas longa,
estatal, me dirije la barco de vela de la rosas,
torseda a la mori de la dia magra,
sementida en la panica maral solida.

Pal e liada a mea acua devorante,
me crusa en la odor asida de la clima nuda,
ancora vestida con gris e sonas amarga,
e un cresta triste de spuma abandonada.

Me vade, dur con pasiones, montada sur mea onda unica,
lunal, solal, ardente e fria, subita,
calmida en la garga de la isolas fortunosa,
blanca e dulse como ancas fresca.

Mea veste de besas trema en la note umida,
loco cargada de prosedes eletrical,
divideda en modo eroin entre sonias
e rosas enebriante cual pratica en me.

Contra la flue, a media de la ondas esterna,
tua corpo paralel sede en mea brasos
como un pex, infinita fisada a mea alma,
rapida e lenta en la enerjia su sielo.

Ebrio de trementina y largos besos,
estival, el velero de las rosas dirijo,
torcido hacia la muerte del delgado día,
cimentado en el solido frenesí marino.

Pálido y amarrado a mi agua devorante
cruzo en el agrio olor del clima descubierto.
aún vestido de gris y sonidos amargos,
y una cimera triste de abandonada espuma.

Voy, duro de pasiones, montado en mi ola única,
lunar, solar, ardiente y frío, repentino,
dormido en la garganta de las afortunadas
islas blancas y dulces como caderas frescas.

Tiembla en la noche húmeda mi vestido de besos
locamente cargado de eléctricas gestiones,
de modo heroico dividido en sueños
y embriagadoras rosas practicándose en mí.

Aguas arriba, en medio de las olas externas,
tu paralelo cuerpo se sujeta en mis brazos
como un pez infinitamente pegado a mi alma
rápido y lento en la energía subceleste.

X: Nos ia perde an

Nos ia perde an esta lus final.
Nun ia vide nos a esta sera con manos unida
en cuando la note blu ia cade sur la mundo.

Me ia vide de mea fenetra
la selebra de la reposa de sol en la colinas distante.

A veses como un moneta
un peso de sol ia ensende entre mea manos.

Me ia recorda tu con mea alma presada
par acel tristia de mea cual tu conose.

Alora, do tu ia es?
Entre cual persones?
Disente cual parolas?
Perce tota la ama va veni a me subita
cuando me senti triste, e me senti ce tu es distante?

La libro cual on sempre prende a noti ia cade,
e como un can ferida mea capa ia rola a mea pedes.

Sempre, sempre tu distanti a sera
a do la lus final core, canselante scultas.

Hemos perdido aún este crepúsculo.
Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas
mientras la noche azul caía sobre el mundo.

He visto desde mi ventana
la fiesta del poniente en los cerros lejanos.

A veces como una moneda
se encendía un pedazo de sol entre mis manos.

Yo te recordaba con el alma apretada
de esa tristeza que tú me conoces.

Entonces, dónde estabas?
Entre qué gentes?
Diciendo qué palabras?
Por qué se me vendrá todo el amor de golpe
cuando me siento triste, y te siento lejana?

Cayó el libro que siempre se toma en el crepúsculo,
y como un perro herido rodó a mis pies mi capa.

Siempre, siempre te alejas en las tardes
hacia donde el crepúsculo corre borrando estatuas.

XI: Cuasi estra la sielo

Cuasi estra la sielo, la dui de la luna ancori se
entre du montanias.
Note jirante, vagante, la escavor de oios.
Vide cuanto stelas fratida es en la stange.

Lo fa un crus de dol entre mea suprasiles, e fuji.
Forjeria de metales blu, notes de la lutas silente,
mea cor jira como un volante loco.
Xica venida de tan distante, traeda de tan distante,
a veses sua regarda brilia su la sielo.
Lamenta, tempesta, vortis de furia,
traversa supra mea cor, sin para.
Venta de la tombas porta, destrui, sperde tua radis dormosa.

Lo desradisi la arbores grande a la otra lado de el.
Ma tu, xica clar, demanda de fuma, spiga.
Tu ia es el ci la venta ia forma con folias luminada.
Pos la montanias de note, lil blanca de focon,
a, me pote dise no cosa! El ia es creada de tota cosas.

Anela cual ia fende mea peto con colpas de cotel,
lo es la ora per segue un otra via, do el no surie.

Tempesta cual ia entera la campanas, la turba susia de tormentas,
perce toca el aora, perce tristi el.

Ai, segue la via cual vade a via de tota,
do angusa, mori e inverno no bloci la via,
con sua oios abrida entre la rosio.

Casi fuera del cielo ancla entre dos montañas
la mitad de la luna.
Girante, errante noche, la cavadora de ojos.
A ver cuántas estrellas trizadas en la charca.

Hace una cruz de luto entre mis cejas, huye.
Fragua de metales azules, noches de las calladas luchas,
mi corazón da vueltas como un volante loco.
Niña venida de tan lejos, traída de tan lejos,
a veces fulgurece su mirada debajo del cielo.
Quejumbre, tempestad, remolino de furia,
cruza encima de mi corazón, sin detenerte.
Viento de los sepulcros acarrea, destroza, dispersa tu raíz soñolienta.

Desarraiga los grandes árboles al otro lado de ella.
Pero tú, clara niña, pregunta de humo, espiga.
Era la que iba formando el viento con hojas iluminadas.
Detrás de las montañas nocturnas, blanco lirio de incendio,
allá nada puedo decir! Era hecha de todas las cosas.

Ansiedad que partiste mi pecho a cuchillazos,
es hora de seguir otro camino, donde ella no sonría.

Tempestad que enterró las campanas, turbio revuelo de tormentas
para qué tocarla ahora, para qué entristecerla.

Ay seguir el camino que se aleja de todo,
donde no está atajando la angustia, la muerte, el invierno,
con sus ojos abiertos entre el rocío.

XII: Per mea cor

Per mea cor, tua peto basta,
per tua libria, mea alas basta.
De mea boca, lo cual ia dormi sur tua alma
va leva asta la sielo.

En tu es la ilude de cada dia.
Tu ariva como la rosio a la corolas.
Tu sumina la orizon con tua asentia.
Eterna en fuji, como la onda.

Me ia dise ce tu ia canta en la venta
como la pinos e la mastos.
Como los, tu es alta e nonespresosa.
E tu tristi subita, como un viaja.

Bonveninte como un via vea.
Ecos e voses nostaljial abita tu.
Me ia velia, e a veses avias
ci ia dormi en tua alma, migra e fuji.

Para mi corazón basta tu pecho,
para tu libertad bastan mis alas.
Desde mi boca llegará hasta el cielo
lo que estaba dormido sobre tu alma.

Es en ti la ilusión de cada día.
Llegas como el rocío a las corolas.
Socavas el horizonte con tu ausencia.
Eternamente en fuga como la ola.

He dicho que cantabas en el viento
como los pinos y como los mástiles.
Como ellos eres alta y taciturna.
Y entristeces de pronto como un viaje.

Acogedora como un viejo camino.
Te pueblan ecos y voces nostálgicas.
Yo desperté y a veces emigran y huyen
pájaros que dormían en tu alma.

XIII: Me ia marca

Me marca ja con cruses de foco
la atlas blanca de tua corpo.
Mea boca ia es un arania cual ia traversa, ascondente.
En tu, pos tu, temosa, sidinte.

Naras per nara a tu a la borda de noti,
pupa triste e dulse, afin tu no ta es triste.
Un sinie, un arbor, alga cosa distante e felis.
La tempo de uvas, la tempo matur e frutosa.

Me ci ia abita en un porto de do me ia ama tu.
La solitaria traversada par sonia e par silentia.
Trapida entre la mar e la tristia.
Cuieta, delirante, entre du gondolores nonmovente.

Entre la labios e la vose, alga cosa mori.
Alga cosa con alas de avia, alga cosa de angusa e oblida.
Esata como la redes no reteni la acua.
Mea pupa, resta apena gotas tremante.
An tal, alga cosa canta entre esta parolas fujinte.
Alga cosa canta, alga cosa asende asta mea boca desirosa.
U la potia de selebra tu con tota la parolas de joia.
Canta, arde, fuji, como un campaneria en la manos de un loco.
Mea amosia triste, cual tu fa a tu subita?
Cuando me ia ariva a la apico la plu osante e fria
mea cor clui como un flor noturna.

He ido marcando con cruces de fuego
el atlas blanco de tu cuerpo.
Mi boca era una araña que cruzaba escondiéndose.
En ti, detrás de ti, temerosa, sedienta.

Historias que contarte a la orilla del crepúsculo,
muñeca triste y dulce, para que no estuvieras triste.
Un cisne, un árbol, algo lejano y alegre.
El tiempo de las uvas, el tiempo maduro y frutal.

Yo que viví en un puerto desde donde te amaba.
La soledad cruzada de sueño y de silencio.
Acorralado entre el mar y la tristeza.
Callado, delirante, entre dos gondoleros inmóviles.

Entre los labios y la voz, algo se va muriendo.
Algo con alas de pájaro, algo de angustia y de olvido.
Así como las redes no retienen el agua.
Muñeca mía, apenas quedan gotas temblando.
Sin embargo, algo canta entre estas palabras fugaces.
Algo canta, algo sube hasta mi ávida boca.
oh poder celebrarte con todas las palabras de alegría.
Cantar, arder, huir, como un campanario en las manos de un loco.
Triste ternura mía, qué te haces de repente?
Cuando he llegado al vértice más atrevido y frío
mi corazón se cierra como una flor nocturna.

XIV: Tu jua a cada dia

Tu jua a cada dia con la lus de la universo.
Visitor sutil, tu ariva en la flor e en la acua.
Tu es plu ca esta peti testa blanca cual me presa
como un grupo de fruta entre mea manos a cada dia.

Tu sembla nun de cuando me ama tu.
Ta ce me estende tu entre garlandas jala.
Ci scrive tua nom con leteras de fuma entre la stelas de sude?
A, ta ce me recorda tu como tu ia es alora, cuando tu ancora no ia esiste.

Subita la venta ulula e colpa mea fenetra cluida.
La sielo es un rede plen de pexes sombre.
Tota la ventas veni asi, tota los.
La pluve desvesti se.

La avias pasa fujinte.
La venta. La venta.
Me pote sola luta contra la forte de omes.
La tempesta jira folias oscur
e libri tota la barcos cual a la note pasada on ia lia a la sielo.

Tu es asi. A, tu no fuji.
Tu va responde a me asta la cria final.
Enrola a lado de me como si tu ta teme.
An si, a un ves un ombra strana ia core tra tua oios.

Aora, ance aora, peti, tu trae caprifolia a me,
e an tua senos es parfumida.
En cuando la venta triste galopa, matante papilios,
me ama tu, e mea joia morde tua boca prunin.

U ce lo ia dole tu per abitua a me,
a mea alma solitar e savaje, a mea nom cual tota xasa a via.
Nos ia vide a multe veses la stela de matina arde, besante nosa oios,
e supra nosa testas la lus final destorse en vanos jirante.

Mea parolas ia pluve sur tu, caresante tu.
Me ama ja de tempo vea tua corpo de nacre solida.
Me crede an ce tu es la proprior de la universo.

Me va trae a tu flores felis de la montes, campanulas,
nozetas oscur, e sestos campanial de besas.
Me vole fa con tu
lo cual la primavera fa con la serisos.

Juegas todos los días con la luz del universo.
Sutil visitadora, llegas en la flor y en el agua.
Eres más que esta blanca cabecita que aprieto
como un racimo entre mis manos cada día.

A nadie te pareces desde que yo te amo.
Déjame tenderte entre guirnaldas amarillas.
Quién escribe tu nombre con letras de humo entre las estrellas del sur?
Ah déjame recordarte como eras entonces cuando aún no existías.

De pronto el viento aúlla y golpea mi ventana cerrada.
El cielo es una red cuajada de peces sombríos.
Aquí vienen a dar todos los vientos, todos.
Se desviste la lluvia.

Pasan huyendo los pájaros.
El viento. El viento.
Yo solo puedo luchar contra la fuerza de los hombres.
El temporal arremolina hojas oscuras
y suelta todas las barcas que anoche amarraron al cielo.

Tú estás aquí. Ah tú no huyes
Tú me responderás hasta el último grito.
Ovíllate a mi lado como si tuvieras miedo.
Sin embargo alguna vez corrió una sombra extraña por tus ojos.

Ahora, ahora también, pequeña, me traes madreselvas,
y tienes hasta los senos perfumados.
Mientras el viento triste galopa matando mariposas
yo te amo, y mi alegría muerde tu boca de ciruela.

Cuanto te habrá dolido acostumbrarte a mí,
a mi alma sola y salvaje, a mi nombre que todos ahuyentan.
Hemos visto arder tantas veces el lucero besándonos los ojos
y sobre nuestras cabezas destorcerse los crepúsculos en abanicos girantes.

Mis palabras llovieron sobre ti acariciándote.
Amé desde hace tiempo tu cuerpo de nácar soleado.
Hasta te creo dueña del universo.

Te traeré de las montañas flores alegres, copihues,
avellanas oscuras, y cestas silvestres de besos.
Quiero hacer contigo
lo que la primavera hace con los cerezos.

XV: Me gusta tu cuando tu taze

Me gusta tu cuando tu taze, car tu pare asente,
e tu oia me distante, e mea vose no toca tu.
Lo pare ce tua oios ia vola a via,
e ce un besa ia clui tua boca.

Car tota cosas es plen de mea alma,
tu emerji de cosas, plen de mea alma.
Papilio de sonia, tu pare como mea alma,
e tu pare como la parola “melancolia”.

Me gusta tu cuando tu taze e pare distante.
E tu pare cexa, papilio en murmura.
E tu oia me distante, e mea vose no ateni tu:
Ta ce me taze con tua silentia.

Ta ce me parla con tu ance con tua silentia,
clar como un lampa, simple como un anelo.
Tu es como la note, silente e constelada.
Tua silentia es de stela, tan distante e franca.

Me gusta tu cuando tu taze, car tu pare asente.
Distante e dolosa como si tu ia mori.
Un parola alora, un surie, va sufisi.
E me es felis, felis ce lo no es vera.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía;

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

XVI: En mea sielo a noti

En mea sielo a noti, tu es como un nube
e tua color e forma es como me desira.
Tu es mea, tu es mea, fem con labios dulse
e mea sonias infinita vive en tua vive.

La lampa de mea alma rosi tua pedes,
mea vino asida es plu dulse sur tua labios;
o falxor de mea canta de noti,
u ce mea sonias solitar senti ce tu es mea!

Tu es mea, tu es mea, me cria en la venteta
de sera, e la venta porta a via mea vose vidua.
Xasor de la fondo de mea oios, tua fura
stania tua regarda noturna como acua.

En la rede de mea musica tu es trapida, mea amor,
e mea redes de musica es larga como la sielo.
Mea alma nase a la riva de tua oios de dol.
En tua oios de dol, la pais de sonia comensa.

En mi cielo al crepúsculo eres como una nube
y tu color y forma son como yo los quiero
Eres mía, eres mía, mujer de labios dulces
y viven en tu vida mis infinitos sueños.

La lámpara de mi alma te sonrosa los pies,
el agrio vino mío es más dulce en tus labios:
oh segadora de mi canción de atardecer,
Cómo te sienten mía mis sueños solitarios!

Eres mía, eres mía, voy gritando en la brisa
de la tarde, y el viento arrastra mi voz viuda.
Cazadora del fondo de mis ojos, tu robo
estanca como el agua tu mirada nocturna.

En la red de mi música estás presa, amor mío,
y mis redes de música son anchas como el cielo.
Mi alma nace a la orilla de tus ojos de luto.
En tus ojos de luto comienza el país del sueño.

XVII: Pensante, maraniante ombras

Pensante, maraniante ombras en la solitaria profonda.
Tu es ance distante, a, plu distante ca cualcun.
Pensante, librinte avias, desaparente imajes, enterante lampas.

Campaneria de nebletas, tan distante, a supra ala!
Lamentas afocante, molinte esperas sombre, molinor cuieta,
la note cade sur tua fas, distante de la site.

Tua presentia es stranjer, strana a me como un cosa.
Me pensa, me pasea tra longa, mea vive ante tu.

Mea vive ante cualcun, mea vive dur.
La cria a fas de mar, entre la petras,
corente libre, loco, en la vapor de mar.
La furia triste, la cria, la solitaria de la mar.
Desbridida, violente, estendeda a la sielo.

Tu, fem, cua tu ia es ala, cual raio, cual basteta
de acel vano enorme? Tu ia es tan distante como aora.

Focon en la bosce! Arde en cruses blu.
Lo arde, lo arde, lo flami, lo sintili en arbores de lus.
Lo colasa, lo crepita. Focon. Focon.

E mea alma dansa, ferida par agetas de foco.
Ci clama? Cual silentia poplada par ecos?

Ora de nostaljia, ora de joia, ora de solitaria,
mea ora entre tota!

Busino en cual la venta pasa cantante.
Tan multe pasion de plora nodada a mea corpo.

Secute de tota radises,
ataca de tota ondas!
Mea alma ia rola, felis, triste, nonfininte.

Pensante, enterante lampas en la solitaria profonda.
Ci es tu, ci es tu?

Pensando, enredando sombras en la profunda soledad.
Tú también estás lejos, ah más lejos que nadie.
Pensando, soltando pájaros, desvaneciendo imágenes, enterrando lámparas.

Campanario de brumas, qué lejos, allá arriba!
Ahogando lamentos, moliendo esperanzas sombrías, molinero taciturno,
se te viene de bruces la noche, lejos de la ciudad.

Tu presencia es ajena, extraña a mí como una cosa.
Pienso, camino largamente, mi vida antes de ti.

Mi vida antes de nadie, mi áspera vida.
El grito frente al mar, entre las piedras,
corriendo libre, loco, en el vaho del mar.
La furia triste, el grito, la soledad del mar.
Desbocado, violento, estirado hacia el cielo.

Tú, mujer, qué eras allí, qué raya, qué varilla
de ese abanico inmenso? Estabas lejos como ahora.

Incendio en el bosque! Arde en cruces azules.
Arde, arde, llamea, chispea en árboles de luz.
Se derrumba, crepita. Incendio. Incendio.

Y mi alma baila herida de virutas de fuego.
Quién llama? Qué silencio poblado de ecos?

Hora de la nostalgia, hora de la alegría, hora de la soledad.
hora mía entre todas!

Bocina en que el viento pasa cantando.
Tanta pasión de llanto anudada a mi cuerpo.

Sacudida de todas las raíces,
asalto de todas las olas!
Rodaba, alegre, triste, interminable, mi alma.

Pensando, enterrando lámparas en la profunda soledad.
Quién eres tú, quién eres?

XVIII: Asi, me ama tu

Asi, me ama tu.
En la pinos oscur, la venta desmarania se.
La luna fosforese supra la acuas vagante.
Dias egal persegue lunlotra.

La nebla desinturi se en figures dansante.
Un gavota de arjento desende de la reposa de sol.
A veses, un vela. Stelas alta, alta.

O la crus negra de un barcon.
Solitar.
A veses me velia, e an mea alma es umida.
La mar distante sona, resona.
Esta es un porto.
Asi, me ama tu.

Asi me ama tu, e la orizon asconde tu futil.
Me ama tu ancora entre esta cosas fria.
A veses, mea besas vade en acel barcones pesosa,
cual core tra la mar a do los no ariva.
Me vide ja me oblidada, como esta ancores vea.
La molos es plu triste cuando la sera atera.
Mea vive nonusosa e fame fatiga.
Me ama lo cual me no ave. Tu es tan distante.
Mea noia luta con la noti lenta.
Ma la note ariva e comensa canta a me.
La luna jira sua rota de sonia.
La stelas la plu grande regarda me con tua oios.
E car me ama tu, la pinos en la venta,
vole canta tua nom con sua folias de filo.

Aquí te amo.
En los oscuros pinos se desenreda el viento.
Fosforece la luna sobre las aguas errantes.
Andan días iguales persiguiéndose.

Se descine la niebla en danzantes figuras.
Una gaviota de plata se descuelga del ocaso.
A veces una vela. Altas, altas estrellas.

O la cruz negra de un barco.
Solo.
A veces amanezco, y hasta mi alma esta húmeda.
Suena, resuena el mar lejano.
Este es un puerto.
Aquí te amo.

Aquí te amo y en vano te oculta el horizonte.
Te estoy amando aún entre estas frías cosas.
A veces van mis besos en esos barcos graves,
que corren por el mar hacia donde no llegan.
Ya me veo olvidado como estas viejas anclas.
son más tristes los muelles cuando atraca la tarde.
Se fatiga mi vida inútilmente hambrienta.
Amo lo que no tengo. Estás tú tan distante.
Mi hastío forcejea con los lentos crepúsculos.
Pero la noche llega y comienza a cantarme.
La luna hace girar su rodaje de sueño.
Me miran con tus ojos las estrellas más grandes.
Y como yo te amo, los pinos en el viento,
quieren cantar tu nombre con sus hojas de alambre.

XIX: Xica brun e ajil

Xica brun e ajil, la sol cual formi la frutas,
cual calia la trigos, cual torse la alges,
ia crea tua corpo joiosa, tua oios luminosa
e tua boca cual ave la surie de acua.

Un sol negra e anelante trensa se en la filos
de tua crinera negra, cuando tu estende tua brasos.
Tu jua con la sol como con un estuario
e lo lasa en tua oios du stanges oscur.

Xica brun e ajil, no cosa prosimi me a tu.
Tota de tu distanti me, como de mediadia.
Tu es la jovenia delirante de la abea,
la enebria de la onda, la fortia de la spiga.

Mea cor sombre xerca tu, an tal,
e me ama tua corpo joiosa, tua vose fluente e magra.
Papilio brun, dulse e desidente,
como la campo de trigo e la sol, la papavera e la acua.

Niña morena y ágil, el sol que hace las frutas,
el que cuaja los trigos, el que tuerce las algas,
hizo tu cuerpo alegre, tus luminosos ojos
y tu boca que tiene la sonrisa del agua.

Un sol negro y ansioso se te arrolla en las hebras
de la negra melena, cuando estiras los brazos.
Tú juegas con el sol como con un estero
y él te deja en los ojos dos oscuros remansos.

Niña morena y ágil, nada hacia ti me acerca.
Todo de ti me aleja, como del mediodía.
Eres la delirante juventud de la abeja,
la embriaguez de la ola, la fuerza de la espiga.

Mi corazón sombrío te busca, sin embargo,
y amo tu cuerpo alegre, tu voz suelta y delgada.
Mariposa morena dulce y definitiva,
como el trigal y el sol, la amapola y el agua.

XX: Me pote scrive

Me pote scrive la versos la plu triste a esta note.

Scrive, per esemplo: “La note es stelosa,
e la stelas blu trema distante”.

La venta de la note jira en la sielo e canta.

Me pote scrive la versos la plu triste a esta note.
Me ia ama el, e a veses el ia ama me ance.

En notes como esta, me ia ave el entre mea brasos.
Me ia besa el a tan multe veses su la sielo infinita.

El ia ama me, a veses me ia ama el ance.
Como on no ama sua oios grande e fisada.

Me pote scrive la versos la plu triste a esta note.
Pensa ce me no ave el. Senti ce me ia perde el.

Oia la note enorme, plu enorme sin el.
E la verso cade sur la alma como la rosio sur la pasto.

Como lo importa ce mea ama no ia pote reteni el?
La note es stelosa e el no es con me.

Acel es tota. Distante algun canta. Distante.
Mea alma no es contente con perde el.

Como si per prosimi el, mea regarda xerca el.
Mea cor xerca el, e el no es con me.

La mesma note cual blanci la mesma arbores.
Nos, los de alora, es no plu la mesma.

Me no ama el plu, lo es serta, ma u ce me ia ama el.
Mea vose ia xerca la venta per toca sua oia.

De otra. El va es de otra. Como ante mea besas.
Sua vose, sua corpo clar. Sua oios infinita.

Me no ama el plu, lo es serta, ma cisa me ama el.
Ama es tan corta, e oblida es tan longa.

Car en notes como esta me ia ave el entre mea brasos,
mea alma no es contente con perde el.

An si esta es la dole ultima cual el causa a me,
e estas es la versos ultima cual me scrive a el.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: “La noche esta estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos”.

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

La canta desperante

Tua recorda emerji de la note en cual me sta.
La rio noda a la mar sua lamenta ostinosa.

Abandonada como la molos a matini.
Lo es la ora de parti, o abandonada!

Corolas fria pluve sur mea cor .
O cala de detrito, cava ferose de naufragadas!

En tu la geras e la volas ia cumula.
De tu la alas de la avias de canta ia leva.

Tu ia engoli tota, como distantia.
Como la mar, como tempo. Tota en tu ia naufraga!

Lo ia es la ora felis de la ataca e la besa.
La ora de stona cual ia arde como un faro.

Ansia de pilote, furia de tufor sieca,
enebria neblosa de ama, tota en tu ia naufraga!

En la enfantia neblin, mea alma alida e ferida.
Descovror perdeda, tota en tu ia naufraga!

Tu ia sinturi tu a la dole, tu ia adere a la desira.
La tristia ia cade tu, tota en tu ia naufraga!

Me ia fa ce la muron de ombra retrosede,
me ia pasea ultra la desira e la ata.

O carne, mea carne, fem ci me ia ama e ia perde,
a tu en esta ora umida, me evoca e canta.

Como un vaso tu ia casi la dulsia infinita,
e la oblida infinita ia frati tu como un vaso.

Lo ia es la solitaria negra, negra de la isolas,
e ala, fem de ama, tua brasos ia bonveni me.

Lo ia es sidia e famia, e tu ia es la fruta.
Lo ia es dol e ruinas, e tu ia es la miracle.

A, fem, me no sabe como tu ia pote conteni me
en la tera de tua alma, e en la crus de tua brasos!

Mea desira per tu ia es la plu asustante e corta,
la plu ajitada e enebriada, la plu tensada e zelosa.

Semetero de besas, ancora on ave foco en tua tombas,
ancora la ramos de fruta arde, picada par avias.

O la boca mordeda, O la membros besada,
o la dentes fame, o la corpos trensada.

O la copula loco de espera e labora
en cual nos ia noda nos e nos ia despera.

E la dulsia, lejera como acua e farina.
E la parola apena comensada sur la labios.

Acel ia es mea destina e en lo mea anela ia viaja,
e en lo mea anela ia cade, tota en tu ia naufraga!

O cala de detrito, en tu tota ia cade,
cual dole tu no ia espresa, cual dole no ia afoca tu.

De onda a onda ancora tu ia clama e canta
stante como un maror en la proa de un barco.

Ancora tu ia flori en cantas, ancora tu ia rompe en corentes.
O cala de detrito, poso abrida e amarga.

Tufor pal e sieca, fondor nonfortunosa,
descovror perdeda, tota en tu ia naufraga!

Lo es la ora de parti, la ora dur e fria
cual la note fisa a tota orarios.

La sintur ruidosa de la mar sinturi la costa.
Stelas fria surje, avias negra migra.

Abandonada como la molos a matini.
Sola la ombra tremante contorse en mea manos.

A, ultra tota. A, ultra tota.
Lo es la ora de parti. O abandonada.

Emerge tu recuerdo de la noche en que estoy.
El río anuda al mar su lamento obstinado.

Abandonado como los muelles en el alba.
Es la hora de partir, oh abandonado!

Sobre mi corazón llueven frías corolas.
Oh sentina de escombros, feroz cueva de náufragos!

En ti se acumularon las guerras y los vuelos.
De ti alzaron las alas los pájaros del canto.

Todo te lo tragaste, como la lejanía.
Como el mar, como el tiempo. Todo en ti fue naufragio !

Era la alegre hora del asalto y el beso.
La hora del estupor que ardía como un faro.

Ansiedad de piloto, furia de buzo ciego,
turbia embriaguez de amor, todo en ti fue naufragio!

En la infancia de niebla mi alma alada y herida.
Descubridor perdido, todo en ti fue naufragio!

Te ceñiste al dolor, te agarraste al deseo.
Te tumbó la tristeza, todo en ti fue naufragio!

Hice retroceder la muralla de sombra.
anduve más allá del deseo y del acto.

Oh carne, carne mía, mujer que amé y perdí,
a ti en esta hora húmeda, evoco y hago canto.

Como un vaso albergaste la infinita ternura,
y el infinito olvido te trizó como a un vaso.

Era la negra, negra soledad de las islas,
y allí, mujer de amor, me acogieron tus brazos.

Era la sed y el hambre, y tú fuiste la fruta.
Era el duelo y las ruinas, y tú fuiste el milagro.

Ah mujer, no sé cómo pudiste contenerme
en la tierra de tu alma, y en la cruz de tus brazos!

Mi deseo de ti fue el más terrible y corto,
el más revuelto y ebrio, el más tirante y ávido.

Cementerio de besos, aún hay fuego en tus tumbas,
aún los racimos arden picoteados de pájaros.

Oh la boca mordida, oh los besados miembros,
oh los hambrientos dientes, oh los cuerpos trenzados.

Oh la cópula loca de esperanza y esfuerzo
en que nos anudamos y nos desesperamos.

Y la ternura, leve como el agua y la harina.
Y la palabra apenas comenzada en los labios.

Ese fue mi destino y en él viajó mi anhelo,
y en el cayó mi anhelo, todo en ti fue naufragio!

Oh sentina de escombros, en ti todo caía,
qué dolor no exprimiste, qué olas no te ahogaron.

De tumbo en tumbo aún llameaste y cantaste
de pie como un marino en la proa de un barco.

Aún floreciste en cantos, aún rompiste en corrientes.
Oh sentina de escombros, pozo abierto y amargo.

Pálido buzo ciego, desventurado hondero,
descubridor perdido, todo en ti fue naufragio!

Es la hora de partir, la dura y fría hora
que la noche sujeta a todo horario.

El cinturón ruidoso del mar ciñe la costa.
Surgen frías estrellas, emigran negros pájaros.

Abandonado como los muelles en el alba.
Sólo la sombra trémula se retuerce en mis manos.

Ah más allá de todo. Ah más allá de todo.
Es la hora de partir. Oh abandonado.

Esta paje es presentada con la lisensa CC Attribution-Share Alike 4.0 International.
Lo ia es automata jenerada de la paje corespondente en la Vici de Elefen a 4 julio 2025 (15:47 UTC).