LETERATUR
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Amaia o la euscaras de la sentenio 8

par Francisco Navarro Villoslada

(1818-1875)

Traduida par Chabi

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En la comensa de la sentenio 8, la impero visigoto, de cual la capital ia es Toledo, ia estende de la Galia Narbonense asta ultra Tanger, e no la Montes Pirineo de Aragon e Catalunia, no la Streta de Jibraltar, ia es usada como frontera a la domina espaniol.

A principios del siglo VIII el imperio visigodo, cuya capital era Toledo, se extendía desde la Galia Narbonense hasta más allá de Tánger; sin que los Pirineos de Aragón y Cataluña, ni el Estrecho de Gibraltar sirviesen de límites al dominio hispano.

Sola alga tribus iberian cual ia popla la pede de monte pirinean de la Adur asta la Ebro, ia manteni se nondependente, en la tempo de un luta persistente, cual de la prima atacas de la suebas ia dura tra tresento anios.

Sólo algunas tribus ibéricas que poblaban las faldas pirenaicas desde el Adur hasta el Ebro, se mantenían independientes, sosteniendo lucha tenaz, que desde las primeras embestidas de los suevos, contaba ya cerca de trescientos años.

La teritorio la plu asedable de la inclinas sude, abrida e sin defende natural, ia sede ante un cuantia plu grande de omes; Suintila e Wamba multe plu tarda, ia es a punto de concista Vasconia; ma la sieras e caniones, con sua junglas e presipes, sua cavas, rietas e cascades, ia conserva sempre la nondepende primitiva, como la apicos alta garda la neva, cual la soles de sento sentenios no pote fonde.

El territorio más accesible de las vertientes meridionales, abierto y desprovisto de natural defensa, sucumbió desde luego al mayor número: Suintila y Wamba mucho más tarde, estuvieron a punto de enseñorearse de Vasconia; pero las sierras y barrancos, con sus selvas y precipicios, sus cuevas, torrentes y cataratas, conservaron siempre la primitiva independencia, como los picos altaneros guardan la nieve, que no pueden derretir los soles de cien siglos.

La gotos ia domina, a un lado, la planos entre la du cadenas de montes cual, comensante en la parte superior de la Ebro e separante se en Alava, cuasi junta denova en la Burunda; e, vinsente un tal via streta, la concistores ia ariva a la basin de Pamplona, site cual ia constitui sua presidio xef. E, a la lado oposada, per dise la parte de la Arga, los ia adere a la rivas rica de esta rio, de su boca merveliosa asta acel loca, do ambos curvas ia uni. Brasos ru de fero de cual la manos ia lia en Pamplona, pesosa e sin forsa musculal per presa lo cual los covre, sola ia opresa la tera cual los ia ave a su. En la sentro de acel sirculo ia respira en libria la sieras de Cantabria, de Urbasa e Andía, con la vales rica cual esmalti sua inclinas como lanas de un capa de ermino; e, estra la periferia, la abitores de Gipuzcoa, Biscaia e contrafortes de la altias cuasi nonasedable de la Pirineo sentral ia vive no sola nondependente, ma asta alga punto en pas e lejeria.

Dominaban los godos por un lado las llanuras comprendidas entre las dos cadenas de montañas que arrancando de la parte superior del Ebro y separándose en Álava, tornan casi a juntarse en la Burunda; y salvando con harto peligro tan angosto paso, llegaban los conquistadores a la cuenca de Pamplona, ciudad que constituía su principal presidio. Y por el lado opuesto, es decir, por la parte del Arga, ceñíanse a las pingües riberas de este río, desde su magnífica desembocadura hasta aquella plaza, donde se unían entrambas curvas. Rudos brazos de hierro cuyas manos se enlazaban en Pamplona, pesados y sin fuerza muscular para estrujar lo que abarcaban, sólo oprimían la tierra que tenían debajo. En el centro de ese círculo respiraban en libertad las sierras de Cantabria, de Urbasa y Andía, con los ricos valles que esmaltan sus laderas como vellones un manto de armiño; y fuera de la periferia vivían, no sólo independiente, sino hasta cierto punto en paz y holgura, los moradores de Guipúzcoa, Vizcaya, y contrafuertes de las casi inaccesibles alturas del Pirineo central.

On ia usa la parola “domina”, car la visigotos ia posese serta en la anelo teritorial cual nos ia trasa, sites en cual refuja, teras per cultiva, e alga, an si sempre riscosa comunica entre se, ma no pare meritante acel nom la ocupa no a poca veses interompeda, con frecuentia turbada par xocas e menasada sempre, de locas, en cual la concistores ia vive como blocida, e de campos en cual los ia aventura a semi, perilida par la concistores ci ta colie la fruta.

Hemos usado la palabra dominación, porque los visigodos poseían ciertamente en el anillo territorial que dejamos trazado, ciudades en que guarecerse, tierras que cultivar, y alguna, aunque siempre arriesgada comunicación entre sí; mas no parece digna de aquel nombre la ocupación no pocas veces interrumpida, con frecuencia turbada por sobresaltos y amenazada siempre, de poblaciones, en que los conquistadores vivían como bloqueados, y de campos que se aventuraban a sembrar, a riesgo de que los conquistados recogiesen el fruto.

La visigotos ia debe fundi tre sites en Euscadi e an restora Pamplona, car la resiste ia es tan forte, ala, en acel tempos antica. Ma en la epoca en cual comensa nosa nara, esta difisilias ia es grandida par la debilia resultante de la rena ultima.

La necesidad en que se vieron los visigodos de fundar tres ciudades en país vasco, sin contar la restauración de Pamplona, prueba lo difícil que debía de serles en antiguos tiempos sostenerse allí. Pero en la época en que comienza nuestra historia, estas dificultades subían de punto por la flojedad consiguiente a los desórdenes del último reinado.

La gotos ia manteni defendente se, en cuasi reposa forsada. Witiza ia depone e aranca la oios a Favila, dux de Cantabria, con comanda militar e politica de tota la rejion pirinean, ia separa ance a Ranimiro, de la familia reial de Chindasvinto, donce familia de Favila, tiufado[¹], conte de Vasconia, e un de la plu ativa e esperta capitanes goto de acel tera.

Los godos se mantenían a la defensiva, y en casi forzado reposo. Witiza que había destituido y arrancado los ojos a Favila, duque de Cantabria, con mando militar y político en toda la región pirenaica, separó también a Ranimiro, de la familia real de Chindasvinto, deudo por consiguiente de Favila, tiufado, conde en la Vasconia, y uno de los más activos y expertos capitanes godos en aquella tierra.

La governores ci ia sustitui ja los, ia es no enerjiosa, no ia dispone de la ricia nesesada per continua la gera. Los ia continua lo descorajida, como si los ia divini la futilia de tota atenta e la prosimia de la desastre.

Los gobernadores que les habían sustituido, ni eran tan vigorosos, ni podían disponer de los medios necesarios para continuar la guerra. Proseguíanla con desaliento, como si adivinaran la inutilidad de todo esfuerzo y la proximidad de la catástrofe.

Ma a fini de la anio 710 la visigotos ia inaugura un re nova, un luso cual con esedente, ancora per monarcia elejente, la imperal Toledo ia permete se. La fas de la cosas ia debe cambia, donce, si la monarca nova ia segue la costum de doma la euscaras, de cual sua presedores no ia desprende.

Pero a fines del año 710 los visigodos habían estrenado rey, lujo que con frecuencia sobrada, aun para monarquías electivas, se permitía la imperial Toledo. La faz de las cosas debía de cambiar, por consiguiente, si el nuevo monarca seguía la costumbre de domar a los vascos, de que no prescindían sus predecesores.


[¹] Esta terma es oji desusada en espaniol, ma lo refere a un xef o gidor de un corpo, lejion o grupo de soldatos formida per mil omes cual ia formi parte de la armada goto.

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